¿Necesitamos un abogado en un proceso de mediación? De las preguntas que más dudas y más sorpresas genera. Y es normal que suceda porque, si hay un dilema antes de iniciar un proceso de mediación es saber si necesitamos un abogado o si ya estamos cubiertos legalmente. Curiosamente, entrar en un proceso de mediación no es contrario a que te acompañe en él la figura de un abogado. De hecho, el papel del abogado es fundamental en la mediación para garantizar que los intereses y derechos de su cliente estén protegidos.

Por qué necesitamos un abogado en un proceso de mediación

A veces los usuarios que acuden a mediación tienen la idea errónea de que el mediador ostenta la representación de las partes, o que su labor es asesorarles legalmente. Nada más lejos de la realidad.

  1. En primer lugar, si esto sucediera no se cumpliría uno de los principios básicos de la mediación: la imparcialidad y neutralidad de la persona mediadora.
  2. En segundo lugar, generaría un conflicto de intereses y no se estaría cumpliendo con lo que es su rol, y lo que indica la ley, ya que el mediador no asesora ni legalmente, ni psicológicamente, ni técnicamente…

Entonces, para aconsejar a las partes legalmente el abogado es quien juega el papel fundamental, asesorando, orientando, guiando y dando tranquilidad al cliente; sin olvidar que los protagonistas en la mediación y quienes deben llegar a acuerdos que les satisfagan son las partes implicadas en el conflicto.

Es muy importante que el abogado tenga un rol colaborador en la mediación, y no la actitud litigante que se puede tener en un proceso judicial, siendo las partes y el mediador quienes guían y dirigen el proceso.

Por eso es muy importante saber elegir bien a un abogado que sea pro mediación y que no intente boicotear el proceso, ni se limite a revisar el acuerdo. 

Cuál es el papel del abogado en un proceso de mediación:

  • El abogado es una persona importante una vez finaliza el proceso de mediación, ya que si se llega a un acuerdo tendrá el rol de redactar o al menos revisar la redacción de éste antes de su firma, y su posible tramitación judicial o ante notario.
  • Se encargará de defender al cliente frente a un posible incumplimiento del acuerdo por la otra parte.
  • El abogado también puede ser de gran ayuda en la preparación de su cliente para la mediación. El abogado puede explicar el proceso de mediación y lo que se espera de su cliente durante la misma, así como ayudarle a evaluar sus objetivos y opciones en el conflicto.
  • Además, el abogado puede proporcionar asesoramiento jurídico en tiempo real durante la mediación, ayudando a su cliente a entender las implicaciones legales de cualquier propuesta que se haga.

Si bien el mediador es el encargado de guiar el proceso de mediación, el abogado de cada parte juega un papel importante en la búsqueda de soluciones creativas y en la elaboración de acuerdos. El abogado puede ayudar a su cliente a evaluar diferentes opciones de solución y a identificar las consecuencias a largo plazo de cualquier acuerdo propuesto.

Por último, el papel del abogado no termina cuando la mediación llega a su fin. Una vez que se ha llegado a un acuerdo, el abogado puede ayudar a su cliente a preparar el acuerdo por escrito y asegurarse de que se reflejen adecuadamente los términos del acuerdo. El abogado también puede ayudar a su cliente a implementar el acuerdo y hacer un seguimiento para garantizar que se cumplan todas las condiciones del mismo.

En resumen, el abogado desempeña un papel fundamental en la mediación, no sólo para asegurar que se protejan los derechos e intereses de su cliente, sino también para ayudar a identificar opciones y soluciones creativas y ayudar a garantizar que cualquier acuerdo alcanzado se implemente de manera efectiva.

Por todo ello, en Iuris Mediación consideramos y recomendamos que los clientes consulten con un abogado, aunque no siempre, sobre todo si es un tema que tiene cierta complejidad jurídica. Las partes necesitan muchas veces tener información sobre el tema a negociar para poder tomar una decisión y llegar a un acuerdo.