¿Te has visto en un conflicto y has pensado que un mediador te podía ayudar interviniendo por ti? Error. Primer y gran error: confundir un mediador con un intermediario. Esta es quizás la parte más relevante y que induce a confusión: la figura del mediador es neutra, no interfiere ni tampoco es un intermediario. Su labor es ayudar a que las partes implicadas lleguen a un acuerdo por sí mismos, de la mejor forma posible.

Hay distintas formas de solucionar un conflicto. Y cada vez más son las personas que se interesan por la mediación para intentar solucionar situaciones controvertidas o problemas que han surgido debido a las relaciones con otras personas, o a la falta de comunicación con estas. A veces recurrimos a un tercero para que nos ayude a resolverlo de una manera imparcial y neutral, otras veces buscamos a alguien que nos dé una solución o nos la imponga directamente, como un juez.

Lo que no hace el mediador

Pero cuando se opta por la mediación hay que tener muy claro que es lo que hace y lo que no hace el mediador. Hay algunas creencias que tenemos bien afianzadas sobre su papel y que nos inducen a error. Por ejemplo:

  • El mediador no decide: creer que el mediador decide o tomar partido en la resolución final. Nada más lejos de la realidad; el mediador NO decide, solo aporta un espacio seguro para que se pueda llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes.
  • El mediador no propone soluciones. Su papel no es el de dar una solución, sino ayudar a que ambas partes las encontrarlas.
  • El mediador no se posiciona: No está de parte de ninguna de las partes: es neutral, desde el principio hasta el final.
  • El mediador no juzga: No interviene en ninguna de las exposiciones, ni tampoco hace juicios de valor sobre los hechos que han llevado a las partes a la mediación.
  • El mediador no intermedia: No van a transmitir mensajes entre las partes, ni a comunicarlas. Su misión no es otra que la de facilitar la comunicación entre las personas en conflicto. No hay que convencerlos de quién es el bueno o el malo.

Que no son los mediadores

Los mediadores no son psicólogos por lo tanto no actúan como tal. Puede ser que su formación sea de origen la psicología, como también pueden ser abogados, policías, trabajadores sociales etc, pero en ningún caso va a actuar como terapeutas ni en la sesión de información, ni en ninguna otra sesión.

La ley exige a los profesionales una formación específica en mediación, sea cual sea su profesión de origen.

Los mediadores no son intermediarios.

La mediación no es una de estas nuevas profesiones que han surgido después de la pandemia. Es un procedimiento sometido a la ley, regulado por las Comunidades Autónomas, por el Estado, por la Unión Europea, etc. Creado, definido y reformulado por auténticos profesionales a lo largo de los, con diferentes métodos para llevarla a cabo con éxito.

Las llamadas de información no son tampoco confesiones de una persona al mediador, están destinadas a identificar la controversia, a las partes y a verificar que el caso es mediable, si las condiciones interesan a todos los involucrados.

Aunque la mediación sea desconocida para muchos, es algo que se intenta promover en todo el mundo (en algunos países más que en otros), por sus distintos beneficios, tanto para reducir la carga del sistema judicial, como para los mismos protagonistas del conflicto.
Con una cultura de mediación mejoraríamos en nuestras relaciones personales, comunitarias, en salud y felicidad, si dejáramos un poco de lado la cultura de la reclamación o la litigación, o del enfrentamiento…
Se debería tratar de solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación, ya que la superación de los conflictos solo se puede alcanzar a través del diálogo.

Aquí tienes más información para saber cómo hacerlo