Mediación laboral versus Coach empresarial

Porque, la pregunta sería… ¿Tienen algo que ver entre sí la figura del mediador de conflictos en la empresa y el coach? Para nosotros está claro: somos mediadores, venimos del mundo del Derecho y sabemos muy bien todo lo que la mediación puede ayudar a mejorar y resolver en los conflictos de empresa. Pero, ¿qué sucede cuando aparece la figura del “Coach empresarial”? Porque muchas veces no
sabemos qué diferencias existen entre este profesional y un mediador, si son profesiones excluyentes, complementarias, si existen similitudes entre el proceso de coaching y el de mediación… De hecho, aunque ambos profesionales desempeñan un papel crucial en el proceso de búsqueda de soluciones, sus enfoques y funciones son diferentes:

  • El Coaching mejora en gran medida la comunicación intrapersonal del cliente.
  • La Mediación, por su lado, busca que haya un diálogo circular entre las partes, promoviendo la comunicación y el entendimiento para que puedan lograr un acuerdo.

Cuándo interviene un coach en la resolución de conflictos

El Coach en la resolución de conflictos se enfoca principalmente en el desarrollo personal y profesional de los individuos involucrados en un conflicto. Su objetivo principal es ayudar a las personas a identificar y superar obstáculos, mejorar sus habilidades de comunicación y encontrar soluciones a los desafíos que enfrentan.

Por otro lado, el Mediador se centra en facilitar el diálogo y la negociación entre las partes en conflicto. Su función principal es actuar como un tercero neutral e imparcial que ayuda a las partes a encontrar una solución mutuamente aceptable. El mediador utiliza técnicas de comunicación efectiva y facilitación para ayudar a las partes a explorar intereses y necesidades subyacentes, generar opciones creativas y alcanzar un acuerdo que sea beneficioso para todos. Su enfoque se basa en garantizar un ambiente seguro y respetuoso para el diálogo constructivo.

Entonces, ¿cuándo es apropiado recurrir a un Coach y cuándo a un Mediador? La respuesta depende del objetivo y la naturaleza del conflicto. Si el objetivo es el desarrollo personal, la superación de obstáculos individuales o el logro de metas personales, un Coach puede ser la elección adecuada. Por otro lado, si el conflicto involucra a varias partes y se requiere un proceso estructurado para facilitar la comunicación y alcanzar un acuerdo mutuo, el Mediador es la opción apropiada.

En resumen, tanto el Coach como el Mediador desempeñan roles valiosos en la resolución de conflictos, pero se enfocan en aspectos diferentes y casi diríamos que en momentos distintos: el Coach empresarial ayuda al profesional a identificar objetivos, promoviendo la reflexión para clarificar sus metas y el plan de acción más adecuado para lograrlos; y esto lo puede hacer antes de que surja un conflicto en el seno de un proyecto de empresa; mientras que, el mediador facilita la comunicación promoviendo el reconocimiento mutuo, el entendimiento y la obtención de acuerdos. El mediador diríamos que dota al empresario o equipo de trabaja.

Mira aquí cuál es el papel del mediador y sus funciones.

El conflicto se produce en mayor o menor medida en todas las organizaciones y empresas familiares. Por lo que es necesario saber cómo abordarlo o prevenirlo para que no se produzcan situaciones de bloqueo, malestar o incomodidad, tanto de las personas que están en conflicto, como en general de todas aquellas que están presentes en la organización.
Tenemos claro que la mediación puede resolver cualquier tipo de conflictos en diferentes ámbitos. Se utiliza tanto en la esfera profesional, como en el ámbito aboral, familiar, educativo, comunitario, etc.

Como vemos, la mediación y el coaching no persiguen los mismos objetivos, ni su metodología es la misma. En la mediación laboral, el mediador se centra en formar a los empleados de una empresa en técnicas para la gestión de conflictos y habilidades para tener un clima de trabajo positivo. En cambio, el coaching se centra en un enfoque más personal e individual, ayudando a fijar objetivos al cliente, pero sin buscar concretamente la mejora del clima laboral o de la relación entre los trabajadores. Aunque tienen algún punto en común, como es la comunicación entre las partes o en uno mismo, la escucha activa…
Por lo que pueden ser métodos complementarios, y no excluyentes, en la resolución de conflictos.